Paulo Velasco es el defensor con más goles de los últimos años. Más allá del esfuerzo, fue su calidad y pegada lo que le permitió sobresalir en el fútbol local y regional.
Surgió de River Plate, donde fue campeón con su aguerrida marca y su pulcra proyección con explosiva pólvora en su zurda. Luego se consagró dos veces en Sportivo Playosa, del que es actual entrenador, y con el que fue subcampeón en un recordado torneo Interligas.
Claro que además dejó su huella ganando el torneo Provincial con Unión Central, e integrando el de Alumni que obtuvo idéntico logro.
Su laureada carrera tuvo su comienzo en All Boys, equipo con el que ganó 3 títulos sobre 4 en la Liga de Baby Fútbol, luego en las inferiores de River Plate, donde debutó en primera en 1993 cuando perdió la final con Alem, pero en 1994 se consagró ante Rivadavia.
Lo extraño de su carrera, es que no jugó al fútbol en 1995, y no sería el único año que estaría parado (también en 1998). Claro que compensó jugando hasta los 36 años, cuando se despidió convirtiendo un penal de su sello para Unión Lagunense, ante el campeón Lambert en la Liga Béccar Varela.
Fue un tremendo defensor, pero además goleador de Unión Central y Playosa en dos provinciales, y con el “albo” en un torneo que ganó en la Liga Villamariense. “De chico aprendí a patear los penales y los tiros libres en los contrabarrios. Después en la Liga de Baby Fútbol con All Boys, y luego en primera. Con River Plate jugué las 3 finales ante Alem cuando Jorge Peñaloza me hizo debutar en 1993. Esa vez hice el penal, pero perdimos por esa vía en la definición”.
Estimó que “me faltó carácter para aguantarme vivir en la pensión de Newell’s, donde me llevó Peñaloza junto a Claudio Bulgra y Claudio Lauricella. Me volví a los dos meses. No tuve aguante, y aunque nunca tuve otra chance como esa, cuando volví fui campeón con el River Plate de Mario Requena”.
La vida futbolística hizo que no volviera a lucir la casaca “millonaria”, pero luego quedaría grabado con la “alba” de Sportivo Playosa.
Destaca que “fue una época muy linda. Playosa tenía todo lo que uno quería en el fútbol local: buen equipo, buenos dirigentes y un grupo excelente de personas. Ganamos 2 títulos, y se nos escapó un Provincial en una tercera final”.
Para ese notable lateral izquierdo, que cerró su carrera como marcador central “el gran desafío ahora será ganar como DT en Playosa. Fui subcampeón porque los penales favorecieron a Ticino en 2018. No digo que busco revancha, pero sí que ese grupo y el pueblo se merecen un título”.
Se ilusiona con lograrlo, aunque lamenta que “habíamos empezado goleando en la primera fecha, y se nos terminó el campeonato. Creo que se terminó el año, porque es muy difícil que el fútbol vuelva”.
Recalcó que “habrá que hacer otra buena pretemporada como el profesor Carlos Mauro había realizado con este grupo, que no tengo dudas que no va a bajar los brazos. La presidenta Celeste Ferreyra está entusiasmada, trabajando en todo lo que se necesita para volver de la mejor manera, con su comisión y un lindo proyecto”.
“Veo muy difícil que en 2020 se pueda jugar. No se puede arrancar sin que puedan ir las traffic que llevan a los jugadores al pueblo. No se puede jugar sin público, por más que el protocolo se cumpla, es un costo fijo que no se puede cubrir. Tampoco tiene sentido entrenar sin fecha cierta de comienzo de un campeonato”, insistió.
Sentencia penal
Todo le costó a Paulo Velasco y a su hermano Alejandro (un 10 de los que ya no abundan). Por eso forjó una personalidad humilde, pero con firmes convicciones, que no traiciona. “Los que no entrenan no pueden jugar, porque ya no se gana con el nombre”, declaró.
Remarca que “volver a Playosa fue un reconocimiento. Habíamos armado un plantel para ganar esa final que se escapó en 2018. Estaba todo dado para hacer un buen campeonato, pero se cortó”.
Explica que “hicimos una pretemporada muy buena y exigente con el profesor Carlos Mauro, pero ya no tenía sentido exigirles más cuando se prolongó la cuarentena. Son pibes que trabajan, y si bien se les pasa trabajos, no podemos exigirles sin fecha de reinicio”.
Recalcó que “es un grupo de buena gente, que ya con Rabino habían trabajado muy bien, y ahora Carlos Mauro hizo otro laburo muy bueno. Arrancamos goleando en un clásico en casa. Ojalá vuelvan con las mismas ganas”.
Explicó que “la pretemporada próxima tendrá que ser más larga que la anterior, por el parate largo de los chicos. Se lesionan los jugadores de elite, imaginate estos chicos que trabajan todos los días. Y tengo varios jugadores grandes”.
Lo que más destaca es que “la pasé muy bien en los dos títulos que gané en Playosa, y cuando se llegó a la final del Interligas. Me trataron bien siempre, y es un gusto volver a este club como DT”.
Rescató que “pasaron 20 años sin ganar un título, y se escapó. Por eso no hablo de revancha, pero sí quiero sacarme la espina”.
Explicó que “fue un torneo bárbaro el que hicimos en 2018. Fuimos de menor a mayor, y les costó la final que jugamos en casa, porque la mayoría no había jugado finales. La cancha estaba llena, y nunca habían estado tan nerviosos. Ticino estaba muy bien armado, con un imparable Ayrton Páez, que nos hizo un gol cuando merecimos ganar en Ticino, y nos hizo otro cuando íbamos ganando la tercera final en Plaza Ocampo”.
Recalcó que “en la tercera final hice debutar a un chico del pueblo, y le pedí un esfuerzo a Ciancio, que no venía jugando. Se nos habían lesionado jugadores claves. Quedé muy conforme con el grupo, y sólo hubo diferencia en los penales”.
Analizó esa final. “Hacía mucho que dos equipos de la región no llenaban la Plaza, y el espectáculo fue muy bueno. La gente quedó conforme, pero es lógico que haya gente que no estuviera de acuerdo con algunas situaciones cuando no se puede salir campeón”.
Quise quedarme, pero me fui
Perder la final en 2018 y no tener revancha inmediata “fue un dolor grande. No sé por qué no lo entendió algún dirigente, cuando los jugadores sí lo entendieron”.
Agregó que “no hubo ningún problema futbolístico. Me fui por razones extrafutbolísticas. Me quedo con lo que viví, que fue muy lindo”.
Aclaró que “di vuelta la página, pese a que me dolió irme. Lo importante es que me volvieron a llamar. Llegar a una final no es poco, y no entendieron lo que pasó”.
Sostuvo que “ahora voy a contar la verdad de lo que pasó. ‘Kico’ (Servetti) se golpeó la rodilla en la primera final en Ticino. No pudo entrenar bien para la segunda final. No jugó bien porque no podía entrenar bien. No culpo al jugador, pero el plantel entrenó el 25 de diciembre, y él no fue. Para muchos fue un error mío no ponerlo de entrada, pero Jorge Servetti es un gran muchacho, y para que sepan todos, a Dino (Gagliese) le había pasado lo mismo en la semifinal, cuando fue al banco porque no entrenó cuando nació su hijo”.
Analizó que “cero problemas con Kico Servetti. Lo entendió bien. Tengo una excelente relación. Hablo mucho con él, me interesa lo que piensa y me gusta hablar con él todo. Quedé como el malo de la película por dejar afuera al mejor jugador del club. Para mí, siempre debe jugar el que entrena y el que está mejor para jugar. No estaba para jugar de arranque. Hizo diferencia cuando ingresó, pero perdimos por penales y me echaron”.
Insistió en que “la pasé mal porque a nadie le gusta perder una final. Hicimos un gran torneo, y todos tiramos para el mismo lado, pero se ve que no todos pudieron entender mi decisión. Yo hablé de frente con Kico, le dije que iba al banco, y él sufrió a mi lado en el banco durante el primer tiempo. Nunca dejé de tener una excelente relación con él por suerte. Los que no estuvieron nunca en un vestuario no lo pueden entender. No fue nada lindo tener que irme así”.
A empezar de nuevo
Velasco recuerda que “mi inicio en el fútbol fue en All Boys. Jugué 5 años, porque el primero lo hice con la clase 74. Yo soy categoría 75”.
Acotó que “Jorge Alamo fue mi DT. Luego con Marcelo Alamo pasé a las inferiores de River Plate, y debuté en el ‘93 con Jorge Peñaloza”.
Explicó que “fue muy lindo jugar esas 3 finales con Alem en Plaza Ocampo llena. Al año siguiente se ganó el título con Mario Requena”.
Resaltó que “después me tocó jugar en equipos importantes como Colón, Yrigoyen, donde fui campeón con Heraldo Pereno, que me llevó a Alem y a Unión Lagunense en el final de mi carrera”.
Remarcó que “la Alianza entre Alumni y Sarmiento fue muy linda experiencia, y el Provincial con Unión Central es inolvidable, tanto como los títulos con Playosa. Gané el Provincial con Alumni, y también jugué en Unión Social”.