Ucacha.- Desde hace una semana, los 11 alumnos que acuden a la escuelita rural “Luis Ravera”, distante a unos 25 kilómetros al sur de esta localidad, no pueden asistir a clases, esto debido a que están totalmente inundados los caminos de acceso principal al establecimiento.
Mientras la directora del centro educativo reclama que se terminen las obras iniciadas, las últimas dos lluvias que se produjeron en los últimos 15 días acabaron con las ilusiones de los niños de asistir a clases. La primera fue de 90 milímetros y la segunda de un poco más, de 70 milímetros.
Esto implicó una sobresaturación de los caminos que ya se encontraban sin mantenimiento y sin que se terminaran de realizar las obras de colocación de los tubos correspondientes por donde drenaría el agua. Todo esto derivó en que rápidamente los trazados se convirtieran casi en ríos.
La directora llega cada mañana como puede a la escuelita, luego de hacer dedo unos kilómetros en el tramo de ruta, espera ver si alguien la ayuda a llegar hasta el colegio, donde el nivel de presentismo decayó notablemente esta semana: de 11 niños en total de distintos cursos, a sólo dos. El resto no pudo llegar hasta el centro educativo.
Agua, riesgos y víboras
“Entiendo a los padres que no quieren mandar a sus hijos a la escuela – dice Ofelia, una de las mamás que habló con PUNTAL para comentar la triste y preocupante situación que vienen padeciendo–, nosotros vivimos cerca, pero hay otros chicos que recorren cuatro a cinco kilómetros sólo para llegar a la escuela; y hay muchos peligros, víboras, agua, malezas, no pueden arriesgarse, yo las entiendo” opinó la mujer.
Ante esta situación que aleja a los niños de la escuela, la directora del centro educativo rural, Silvana Acuña, indicó que envía a sus alumnos las tareas por Whatsapp “para que no se atrasen ni pierdan días de clases, lamentablemente no pueden llegar, aunque lo más importante es el contacto que pierden con el resto de sus compañeros. Para colmo, los pronósticos no son buenos y vendrán lluvias el fin de semana”, agregó la educadora.
En la noche del miércoles, ante la gravedad de la situación que impide a los alumnos llegar a la escuela, tuvo lugar una reunión en Ucacha en la que participaron el Municipio, el Consorcio Caminero, productores propietarios de campos cercanos al establecimiento educativo y la directora de la escuelita rural.
Trabajos inconclusos
En el encuentro entre las partes se analizaron los inconvenientes que deben padecer los alumnos y la docente para llegar hasta la escuela. En la ocasión se lamentó por la no finalización de los trabajos de entubado de los caminos principales, obra inconclusa que derivó en la situación actual.
Un par de productores no cedieron finalmente algo de sus terrenos y la prometida obra no se completó. Al llegar lluvias copiosas en las últimas dos semanas, aunque dispares entre sí, derivaron en el corte total de los caminos y acceso a la escuelita rural y también a algunos campos, ubicados en la zona sur de Ucacha.
Por su parte, la docente destacó el apoyo de los padres que “hacen de todo y son muy solidarios entre sí para poder enviar a sus hijos a clases” y señaló que espera puedan terminarse los trabajos, tal cual lo expresado en la última reunión.
No obstante, la directora advirtió que hace tres años vienen padeciendo las consecuencias de caminos intransitables, que le quitan días de clases, los cuales esperan poder recuperar, cuando se realice el arreglo de los caminos, hoy transformados en ríos y grandes lagunas.
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Esto implicó una sobresaturación de los caminos que ya se encontraban sin mantenimiento y sin que se terminaran de realizar las obras de colocación de los tubos correspondientes por donde drenaría el agua. Todo esto derivó en que rápidamente los trazados se convirtieran casi en ríos.
La directora llega cada mañana como puede a la escuelita, luego de hacer dedo unos kilómetros en el tramo de ruta, espera ver si alguien la ayuda a llegar hasta el colegio, donde el nivel de presentismo decayó notablemente esta semana: de 11 niños en total de distintos cursos, a sólo dos. El resto no pudo llegar hasta el centro educativo.
Agua, riesgos y víboras
“Entiendo a los padres que no quieren mandar a sus hijos a la escuela – dice Ofelia, una de las mamás que habló con PUNTAL para comentar la triste y preocupante situación que vienen padeciendo–, nosotros vivimos cerca, pero hay otros chicos que recorren cuatro a cinco kilómetros sólo para llegar a la escuela; y hay muchos peligros, víboras, agua, malezas, no pueden arriesgarse, yo las entiendo” opinó la mujer.
Ante esta situación que aleja a los niños de la escuela, la directora del centro educativo rural, Silvana Acuña, indicó que envía a sus alumnos las tareas por Whatsapp “para que no se atrasen ni pierdan días de clases, lamentablemente no pueden llegar, aunque lo más importante es el contacto que pierden con el resto de sus compañeros. Para colmo, los pronósticos no son buenos y vendrán lluvias el fin de semana”, agregó la educadora.
En la noche del miércoles, ante la gravedad de la situación que impide a los alumnos llegar a la escuela, tuvo lugar una reunión en Ucacha en la que participaron el Municipio, el Consorcio Caminero, productores propietarios de campos cercanos al establecimiento educativo y la directora de la escuelita rural.
Trabajos inconclusos
En el encuentro entre las partes se analizaron los inconvenientes que deben padecer los alumnos y la docente para llegar hasta la escuela. En la ocasión se lamentó por la no finalización de los trabajos de entubado de los caminos principales, obra inconclusa que derivó en la situación actual.
Un par de productores no cedieron finalmente algo de sus terrenos y la prometida obra no se completó. Al llegar lluvias copiosas en las últimas dos semanas, aunque dispares entre sí, derivaron en el corte total de los caminos y acceso a la escuelita rural y también a algunos campos, ubicados en la zona sur de Ucacha.
Por su parte, la docente destacó el apoyo de los padres que “hacen de todo y son muy solidarios entre sí para poder enviar a sus hijos a clases” y señaló que espera puedan terminarse los trabajos, tal cual lo expresado en la última reunión.
No obstante, la directora advirtió que hace tres años vienen padeciendo las consecuencias de caminos intransitables, que le quitan días de clases, los cuales esperan poder recuperar, cuando se realice el arreglo de los caminos, hoy transformados en ríos y grandes lagunas.