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Frentes internos, externos y de gestión

Por Mariana Corradini

Hace un par de semanas el intendente Martín Gill le dijo a este matutino, y con toda claridad, que ya trabaja por la continuidad. Así, sin mensajes cifrados ni puntos suspensivos. Esto significa que se plantea la reelección.

El camino hacia ese objetivo, a menos de un año de los comicios (no falta tanto tiempo para que empiecen las especulaciones sobre la fecha en que quedarán fijadas), no está exento de escollos ni de desafíos para el jefe comunal local.

Tiene escollos internos, tiene frentes externos y tiene que resolver la propia dinámica de la gestión en tiempos de vacas flacas y contexto económico complicado, aunque cuenta a su favor con el buen desempeño de las cuentas locales tal como se evidencia en la recaudación, y con el apoyo del gobierno provincial que se traduce también en apoyo económico mediante obras que, si se hace un cálculo rápido, mayoritariamente estarán listas para el corte de cinta durante la campaña.

Esa definición pública del jefe comunal sobre su deseo de continuidad quedó en evidencia para el ojo observador después de la semana pos Día del Trabajador, en la que la modorra pareció extenderse a los días hábiles que siguieron al festejo. 

En contraposición a esas jornadas, hace dos semanas que Gill encabeza al menos un acto público por día (y hasta dos ó tres), pero con la particularidad de hacerlo desde las instituciones o el territorio.

La presentación de la repavimentación del bulevar España- Alvear no se anunció desde el Salón Blanco de la Municipalidad sino que se hizo en la sede de la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentino (AERCA), con los comerciantes oficiando de anfitriones, justo en un momento en que circulaba la versión de que existía mala relación con el sector.

Además, se trata de una obra que apunta a resolver dos de los más históricos reclamos de los dueños de locales en esa zona, como es el estado del bulevar, más cuando se combina con los anegamientos que se producen con unas pocas gotas. Por eso Gill habló de la combinación de las mejoras para la arteria con los desagües que paga la Provincia.

Similar mecanismo de ir al territorio utilizó para el lanzamiento del programa 100% Gas, que se hizo en la sede de la UTN en barrio San Juan Bautista, que será uno de los sectores beneficiados por las infraestructura que se proyecta. 

En el frente interno, si se piensa en la disputa por la candidatura, sólo se ve a Eduardo Accastello, que esta semana le ganó protagonismo en el acto por el aniversario de la muerte del exintendente Miguel Veglia. 

Accastello fue y Gill no, y el presidente de la UCR, Marcelo Barotto, hasta consideró que esa presencia era capaz de marcar “un antes y un después en la ciudad”.

Accastello está haciendo un trabajo territorial de armado casi de hormiga, con el legislador José Escamilla como su aliado casi incondicional.

Si de la oposición política se trata, en el Concejo Deliberante “Juntos por Villa María” tiene semanas de intensa actividad en contraste con otras en las que poco se los escucha.

Esta semana el concejal Gustavo Bustamante dio un paso a partir de un tema con el cual volverán a disputarle la iniciativa al oficialismo en el Deliberante, hecho que se volvió casi costumbre, con un grupo de ediles que responden a Gill pero que, por decisión propia o por pedido del jefe comunal, poco hacen solos.

El radical se adelantó y preguntó por la elecciones en los centros vecinales, que deberían ser convocadas en estos días, de acuerdo con lo que establece la ordenanza que regula esa actividad de participación barrial.

Sólo basta hacer un poco de memoria para saber que son pocas las veces en que esos comicios, que no pueden coincidir con ningún otro tipo de elección de autoridades gubernamentales, se dieron en tiempo y forma. Sobran ejemplos de posposiciones, prórrogas de mandatos, entre otros formatos.

Ahora fue Cambiemos el que puso el tema sobre la mesa. Le tocará al Ejecutivo hacer la próxima jugada, con la iniciativa ya cedida.

Dar vuelta la página

Volviendo a Gill hay que decir que esta semana se encargó también de cerrar dos frentes. 

Por un lado silenció las voces que se manifestaban en disidencia con la declaración de la emergencia vial. Lo hizo con datos estadísticos y hasta reconociendo que evaluar un mes es poco tiempo, pero advirtiendo que sirve como indicio.

Y el indicio fue que se hicieron más operativos pero en contraposición se labraron menos actas de infracción, a la par que, y este es el número más rescatado, se informó sobre una reducción del 25 por ciento en la cantidad de accidentes. 

Reconoció que todavía falta mucho, pero destacó que eso mismo ya es una buena noticia.

Y en esa tarea de cerrar frentes, el viernes presentó al nuevo director del Ente Regional de Desarrollo, que es la organización supramunicipal que se armó para reemplazar al devaluado y sospechado Ente Intermunicipal para el Desarrollo Regional, en una acción que apunta a dar definitivamente vuelta la página en relación con ese tema que es parte de la herencia pero que también lo rozó y que seguramente más de un dolor de cabeza le trajo.

El perfil del elegido, Emilio Pérez Campanelli, es muy distinto al que tenía su antecesor, Edgar Bernaus. El intendente aclaró que se lo eligió por consenso y que tendrá una función administrativa.

Además, esa presentación le sirvió a Gill para mostrar el liderazgo regional que tiene construido y marcar diferencias con su antecesor en relación con la forma de ejercer ese poder.

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